De Stijl (El Estílo).

 

 Theo van Doesburg en la protada de la revista De Stijl.

J.J.P. Oud (1890-1963), Café De Unie, 1925

 

 Gerrit Rietveld (1888-1964), Casa Schröeder, 1924.

Gerrit Rietveld (1888-1964), Silla Rietveld, 1918.

De Stijl fue un movimiento artístico que nació en Holanda tras la publicación de la revista con el mismo nombre, dirigida por Theo van Doesburg.

                                       

Fue muy influyente en el diseño industrial, en arquitectura y pintura; en la Bauhaus en 1921 se impartió una clase de Neoplaticismo (palabra acuñada por Piet Mondrian para llamar al estilo que habían creado).

El stijl buscaba hacer una renovación estética configurando un orden ármonico de valor universal basándose en un planteamiento totalmente racionalista, de ahí que Theo van Doesburg escribiera en la revista:

“despojemos la naturaleza de todas sus formas y solo quedará el estilo”.

Buscaban el equilibrio en la asimetría geométrica y los colores primarios sintetisaban su búsqueda de pureza, esa misma búsqueda que los llevaba al rechazo al pasado y a apartarse del expresionismo, en  boga en ese momento y al cubismo. Marginaron la representación abstracta y cualquier simbolismo subjetivo,  de lo que según ellos, quedaba únicamente la forma geométrica como la expresión pura y racionalizada.

En cuanto a la pintura, era meramente la metodología analítica de la que se servían para la planificación colectiva de la arquitectura y el urbanismo por tanto a una organización racional y lógica de la vida.

Otra  característica del Stijl fue el carácter místico y teosófico de su pensamiento, Theo van Doesburg era considerado además como un líder espiritual.

Esta  característica fue compartida con otro movimientos de vanguardia defensores del abstraccionismo; en nuestro país se puede compara con el trabajo hecho por Salarrué quien también se reunía con otros pintores y escritores con intereses espirituales similares.

El interés en la arquitectura y el urbanismo era la forma en que buscaban borrar las barreras disciplinarias, esto refleja la influencia Hegeliana y “la muerte del arte”. Al respecto Mondrian escribió en la revista que el arte "desaparecería en la misma proporción que la vida gana equilibrio". 

Los procedimientos de creación que usaban eran la misma secuencia del proyecto arquitectónico: dibujo, maqueta y obra terminada.

Su planteamiento tenía como destino  su disolución en la metrópoli, por eso coincide en muchos aspectos con el dadaísmo, el constructivismo y  la Bauhaus.

Su utopía formal pretendía organizar la vida y la metrópoli a través de un método. De la pintura a la maqueta y de ahí a la arquitectura, la bondad y corrección del método parecían incuestionables y algunos ejemplos llegaron a realizarse, mientras otros quedaron como sugerentes experiencias plásticas en las que las maquetas, simulacros de arquitecturas, también podían ser entendidas como esculturas.

Lo que en pintura aspiraba a la bidimensionalidad de la superficie, en arquitectura quería ocupar el espacio, no encerrarlo ni limitarlo. Ni lo irracional, ni lo autobiográfico, ni la naturaleza, ni la historia, ni la memoria tenían cabida en la poética neoplástica. 

Escribieron varios manifiestos, el primero en 1918 y el siguiente en 1922. En este  Van Doesburg y Van Eesteren publican en "De Stijl" el manifiesto con el título de "Hacia la construcción colectiva". En él resumían algunas de sus convicciones sobre el arte y la arquitectura neoplásticos:

 "Hemos examinado las relaciones entre el espacio y el tiempo y encontrado que el proceso de hacer perceptibles estos dos elementos a través del color produce una nueva dimensión... Eliminando los elementos de limitación (muros, etc.) hemos eliminado la dualidad entre el interior y el exterior. Hemos dado al color en la arquitectura el lugar que le corresponde legítimamente y afirmamos que la pintura separada de la construcción arquitectónica (es decir, la pintura de caballete) no tiene razón de existir".

Los aportes más importantes que hicieron fueron en la arquitectura, en el diseño industrial, en pintura y en tipografía creando tipografía de palo seco o Sans serif. Theo van Doesburg dio clases de neoplastisismo en la Bauhaus en Weimer en 1921, aun que las clases tuvieron éxito y fueron bien estimadas por los estudiantes fue consideradas por Gropius demasiado dogmáticas para la Bauhaus, en  donde pretendían no empujar a sus alumnos a estilos determinados ni preexistentes.